Una mujer es encontrada en el desierto por unos turistas.
Resulta ser la hija desaparecida casi cuarenta años antes de un físico nuclear español que murió en circunstancias poco claras.
El policía que se ocupa del caso pide ayuda a un lingüista amigo suyo que se retiró después de meter la pata en un caso anterior.
El lingüista va a ver a la mujer y decide investigar qué ha pasado.
Y ahora destripo la historia.
Franco quería que se respetase a España y decidió construir una bomba atómica. Se lo encargó a un militar que fichó a los mejores físicos del país. Finalmente lo consiguieron al copiar el diseño de una de las bombas de Palomares, pero ya había llegado la democracia y los Estados Unidos exigieron que la bomba les fuera entregada a cambio de permitir la entrada de España en la OTAN.
Aprovechando el traslado de la bomba a Rota para ser entregada a los americanos la madre, el padre y un amigo, venden la bomba y la información a los marroquíes para que la roben. Pero la operación sale mal y los moros secuestran a la hija dando un ultimatum a su padre para que les entregue la bomba. Los marroquíes abandonan a la niña en el desierto para que éste se ocupe de ella. Es encontrada por un pastor que la lleva a su casa y la trata como a una hija.
Visto el panorama en las altas esferas se decide echar tierra sobre el asunto.
Hasta que el lingüista decide investigar y sacar a la luz todo el tinglado.
El libro está bien. Se lee con interés y la historia es novedosa. Pero el final no me ha gustado.
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