Buscar este blog

22 mayo 2020

SOVIETISTÁN - ERIKA FATLAND


La autora es una joven filóloga y escritora, que viaja a las cinco repúblicas de Asia central: Turkmenistán, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán.
En general son un extenso territorio nexo de unión entre Oriente, Occidente y el mundo musulmán al sur. Por allí discurría la Ruta de la Seda. Sus pueblos en su mayoría eran tribus nómadas y dispersas por un basto territorio. Zoroastrianos, cristianos y musulmanes han convivido, no siempre en paz en esa zona. 
Siempre ha sido una zona de conflicto y muchas potencias han intentado ejercer su influencia sobre ella, y allí han dejado su impronta desde Alejandro Magno a la Unión Soviética, pasando por Gengis Khan o los imperios otomanos, ruso o británico.
Actualmente la influencia que más se ha hecho notar es, como el propio nombre del libro indica, la de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Desde el siglo XIX, Rusia y después su heredera, intentaron anexionarse estos territorios, pero fue el poder soviético quien transformó en mayor medida aquellos territorios. Primero eliminando el nomadismo asentando a sus poblaciones en ciudades construidas al más puro estilo soviético. Luego los sistemas de cuotas agropecuarias y los planes quinquenales impusieron el monocultivo de algodón. Esto dio lugar a uno de los desastres ecológicos más importantes del siglo XX: la casi desaparición del mar de Aral y la excesiva salinización de las tierras emergidas. No todo fueron cosas malas, el analfabetismo, la mortalidad infantil y la sanidad llegaron a zonas en las que jamás había hecho acto de presencia. 
Cuando la URSS colapsó a principios de los años 90, los jerarcas del Partido Comunista pasaron de la noche a la mañana a ser los adalides de la nueva democracia. Y a día de hoy aún siguen ellos o sus sucesores en la poltrona. Todos ellos tienen una concepción patrimonial del poder y sus países están a la cola en lo que a democratización y libertad de prensa se refiere, pero encabezan el escalafón en corrupción a todos los niveles. El culto al lider y las obras faraónicas están a la orden del día, mientras muchas poblaciones subsisten con apenas lo imprescindible. Tan es así que muchos aún añoran los días de la URSS.
Un buen libro para conocer un poco más aquella zona que ha quedado a trasmano del resto del mundo y salir del confinamiento.

11 mayo 2020

UNA MUJER EN LA NOCHE POLAR - CHRISTIANE RITTER


A principios de los años treinta del siglo pasado, una matrona alemana decide irse a pasar el invierno con su marido, un experimentado cazador de las islas Svalbard.
Allí con su marido y otro joven cazador pasaran el largo invierno en una pequeña cabaña sin más lujos que una pequeña estufa. 
Este libro es autobiográfico. La autora narra con bastante detalle los momentos buenos, la visita de los lejanos vecinos, la llegada de los primeros osos o las primeras focas; la soledad sufrida cuando sus compañeros salían de caza durante días, el miedo a morir de escorbuto o devorada por un oso polar, etc. Ella lo lleva con entereza y cuando llega el momento de partir lo hace con pena pese a haber añorado las comodidades de la civilización.
Son muchos los riesgos que se corren al vivir al límite y con lo mínimo imprescindible. Ahora nos podemos hacer una idea bastante aproximada de lo que fue aquello viendo en la tele alguna de las series sobre cazadores en Alaska. La televisión nos ha acercado a aquella vida pero también la ha despojado de gran parte de su épica.
En este enlace se puede ver la cabaña en la que vivió. Ya no quedan cazadores como aquellos en las Svalbard, ahora todo pertenece a la naturaleza.

CONFINES - JAVIER REVERTE


Este libro es un dos en uno. Se trata de dos viajes distintos que hizo el autor a los dos lugares habitados más septentrional y meridional del planeta: al norte el archipiélago de Svalbard, y al sur la Tierra del Fuego, territorio compartido entre Chile y Argentina.
Las Svalbard son un territorio prácticamente salvaje, en el que es arriesgado salir sin un buen rifle que te permita defenderte de los osos polares. Un puñado de valientes vive allí todo el año y cada primavera otro puñado de científicos de distintas especialidades va allí a desarrollar sus investigaciones. También hay alguna mina de carbón gestionada por empresas rusas y una gran ciudad abandonada, Pyramiden. Ésta fue una próspera ciudad minera, construida a mediados del siglo XX, bajo los cánones del urbanismo soviético: hospital, escuela, polideportivo, teatro... Todo con tal de tentar a la gente para ir allí a trabajar. De repente, en octubre de 1998 la ciudad fue abandonada. Todo quedó tal y como aún puede encontrarse. Los motivos del abandono no están muy claros pero la falta de rentabilidad pordría estar en uno de los primeros lugares. Hay otros lugares de interés como Longyearbyen o Barentsbueg, pero lo verdaderamente interesante es su naturaleza.
También arrastra una larga historia de expediciones polares de viejos conocidos como Amundsen, que perdió la vida por allí, intentando salvar a otro explorador.
En el otro lado del planeta entre Chile y Argentina hay un puñado de pueblos y ciudades que a lo largo de los años se han disputado el honor de ser la más austral del planeta. Honor que actualmente ostenta Puerto Williams y que en otros tiempos fue patrimonio de Usuahia. Si vas buscando monumentos y museos, no los encontrarás. El verdadero encanto reside en sus casi inviolados paisajes y en la larga historia de navegaciones y naufragios que han tenido lugar en aquellos lares. Allí cerca se encuentran los temidos estrecho de Magallanes, y el cabo de Hornos. Si lo bordeas navegando, obtendrás el privilegio de atravesarte el lóbulo de la oreja con un aro de oro. 
El Autor es un referente en los libros de viajes. Su estilo es ameno y al ser un libro de viajes, que no una guía, nos cuenta sus vivencias, con quien estuvo, lo que hizo y a veces hasta lo que comió. Leerle siempre es agradable.