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29 junio 2021

EREBUS, HISTORIA DE UN BARCO - MICHAEL PALIN


Tienen los ingleses la rara habilidad de que sus victorias militares sean recordadas y estudiadas, y formen parte de la cultura colectiva. De sus victorias, ya ni hablar. En cambio los españoles, con el mismo bagaje histórico o similar, desconocemos hechos gloriosos o simplemente , nos da reparo considerarlos como tales. Yo soy de los que considera que la Historia de España debe ser si no estudiada, por lo menos conocida. Lo del revisionismo histórico lo dejaremos para otro día. 
El libro que nos ocupa trata del Erebus y uno de esos sonoros fracasos, convertido en una epopeya sólo al alcance de oficiales británicos. Estos hechos ya han salido en este bitácora en numerosas ocasiones, querido Desocupado Lector. Sólo tendrás que buscar en las etiquetas que aparecen más abajo de esta entrada: expediciones polares e historia naval. 

A continuación una breve introducción histórica.
A raíz del enclaustramiento de Napoleón en Santa Elena en 1815 y la caída de su imperio, los británicos se hicieron con el control de los mares. Como ya no había guerras que librar, la investigación de la naturaleza tomó gran importancia: Malaspina, Humbold, Darwin. Inglaterra buscó entonces una ruta más corta para llegar a sus colonias orientales a través del Ártico americano y fueron muchos los que buscaron la ruta del Noroeste.

Al lío con lo que nos ocupa.
El Erebus y el Terror, gemelo y compañero de fatigas, fueron construidos como bombardas, un tipo de barco especialmente diseñado para disparar este tipo de arma. Es un cañón corto, de boca ancha, para hacer tiros muy altos y sortear las defensas costeras, disparando a corta distancia. Lo que conocemos ahora como mortero. El retroceso de la bombarda hacía que el barco cabecease, así que se diseñaron los barcos con un fondo prácticamente plano y mucho calado para aguantar los disparos.
 
Fue mandado al Mediterráneo a mantener a raya a los turcos y a apoyar la guerra de independencia griega. Fue devuelto a Inglaterra y fue separado del servicio. Después de ser enviado de nuevo a los astilleros para adaptarlo a la navegación polar, con la instalación de refuerzos y un sistema de calefacción por agua caliente, fue enviado a la Antártida. En esta ocasión la expedición estaba al mando de James Clark Ross y su segundo, al mando del Terror, fue Crozier.
Después de unos años en el hielo volvió a Londres.
Una nueva expedición intentaría encontrar el paso del Noroeste. El mando se le dio a Franklin. Otro veterano del hielo que sobrevivió comiéndose sus propias botas en una ocasión anterior, y de la que salió convertido en casi un héroe. Crozier sería su segundo. La historia de esta expedición ya ha sido contada en esta bitácora, y se puede incluso ver una serie bastante digna, llamada El Terror. En resumen, los dos barcos y toda su tripulación desaparecieron. Sí dejaron rastros de cómo fueron sus últimos días, pero no ha sido hasta hace pocos años que se han encontrado los pecios de los dos barcos.

El Autor es famoso por ser uno de los miembros de los Monty Python. Pero eso no debe llevarnos a engaño. Palin ha sido presidente de la Real Sociedad Geográfica Británica de 2009 a 2012. Por tanto no es un autor que hable desde el desconocimiento. Ha visitado los sitios que fueron testigos de la presencia del Erebus y nos cuenta su historia con agilidad y desparpajo, sin dejar por ello de ser exhaustivo. 

  


 

18 junio 2021

ROGER WATERS (PAREDES Y PUENTES: EL CEREBRO DE PINK FLOYD) - SERGIO MARCHI


Roger Waters fue uno de los cuatro miembros fundadores de Pink Floyd, aunque quizás no sea su rostro más conocido. Esta fue la formación inicial: Syd Barret, guitarra y voz; Waters, Bajo; Nick Mason, batería y del que aquí encontrarás su versión de los hechos; y Richard Wrigth, teclados.
A causa del LSD o de alguna enfermedad mental oculta Barret fue apartado del grupo y su lugar lo ocupó David Gilmour. Eso fue a finales de los sesenta. En los setenta sacaron dos discos fundamentales del rock: The dark side of the moon y Wish you were here. 
Los roces por el proceso creativo de los discos, por cómo debía ser el sonido de la banda y un sin fin más de decisiones hicieron que Waters y Gilmour se enfrentaran en muchas ocasiones. A finales de los setenta, Waters tenía un proyecto muy avanzado: The Wall, entre nosotros El Muro. Tan férreo era su control sobre todo el proyecto que la distancia que había entre los dos gallos del corral se hizo insalvable. Cuando salió The final cut con algunas canciones descartadas de El Muro, las diferencias ya eran irreconciliables.
Waters pensaba que la carrera de Pink Floyd había acabado, que ya no tenían nada más que aportar y propuso la disolución de la banda y dedicarse a sus carreras en solitario. El resto de la banda Mason y Gilmour no estaban de acuerdo. Wrigth había sido expulsado por Waters y trabajó como asalariado en la banda durante la grabación de los dos últimos discos. La guerra estaba declarada. Finalmente Waters tuvo que ceder, merced a un contrato con la discográfica CBS que obligaba a Pink Floyd a editar un nuevo álbum. De no ser así Waters hubiera tenido que indemnizar millonariamente a la compañía. 
Desde entonces cada uno fue por su lado. 
Años después se han producido varias reuniones y han actuado en directo con motivo de importantes acontecimientos. 

Esta mañana desayunando, mi hija de casi diez años me ha preguntado si hay dos Pink Floyds y la respuesta mía ha sido afirmativa. Incluso se podría decir que hay tres o incluso cuatro:
1. Con Roger Waters en solitario. 
2. Con David Gilmour en solitario. 
3. Pink Floyd con Mason y Gilmour, y 
4. Pink Floyd con los tres.
Aunque nominalmente no son Pink Floyd todo el que va a verles va con el convencimiento de que va a oir canciones del grupo. De hecho en las tres últimas décadas han sido constantes las ediciones y reediciones del material clásico, sobre todo de El Muro, por unos y por otros. Ese afán recaudatorio sólo podría ser superado por el Gobierno o por Brian May y Roger Taylor, aunque no queda muy claro quién quiere exprimir más la vaca de los huevos de oro.

El Autor es un periodista argentino muy reconocido allende los mares. Aquí su forma de expresarse, siendo correcta, suena un tanto chocante. Disqueras por discográficas, suceso por éxito o tecladista por teclista, nos suenan raros. Además el propio subtítulo del libro, paredes y puentes, hubiera merecido un mejor, muros y puentes, por lo menos en su edición española.
Por lo demás un gran trabajo del autor. Desmenuza algunas de las canciones más conocidas del grupo y se lee con agrado. En uno de los apéndices finales viene la discografía completa del grupo, así como de Waters y Gilmour hasta 2012, fecha de la publicación del libro, con las fotos de las portadas y los títulos de las canciones.

Desconozco porqué la ubicación de este libro me lleva ahí.

 

16 junio 2021

EL ÚLTIMO FRANCOTIRADOR - KEVIN LACZ


Kevin estaba en la universidad, bebiendo cerveza, yendo a fiestas y jugando al rugby cuando un 11 de septiembre varios aviones secuestrados por terroristas islámicos se estrellaron contra el World Trade Center y el Pentágono. En aquellos ataques murieron miles de personas. La vida de Kevin no volvió a ser igual desde entonces y se alistó en la marina para vengarse de aquellos que ordenaron hacer eso.
Pasó cuatro años de intenso entrenamiento para convertirse en un seal. Y supongo que durante esos cuatro años también hubo bastante charla psicológica. Yo no he dicho nada de lavado de cerebro ¿Te acuerdas, querido Desocupado Lector, de la película de Steven Seagal en la que unos malos secuestran un barco para robar unos misiles? Pues Seagal es un seal. 
Volvamos a la historia. Después de completar su adiestramiento es enviado a Irak donde caerá en el mismo equipo que Chris Kyle, la Leyenda. En esta misma bitácora ya dimos cuenta de su libro.
En Ramadi, durante los seis meses que duró el despliegue, los seal hacían funciones de vigilancia, patrullaje y eliminación de yihadistas. Iban por allí, tomaban al asalto un puesto de observación, normalmente una casa familiar, y desde su azotea disparaban a aquel, que según las normas de combate, fuera un yihadista. Así el Equipo 3 se apuntó una buena cantidad de muertes que les hizo llegar a lo más alto del escalafón.

El estilo del libro es totalmente maniqueo. Los soldados USA son los mejores, los más listos, los más brutos, los que más beben, los que mejor disparan. Y los seal, son la leche en bicicleta. No hay nada tan mortal como un seal con un abrelatas. Su misión es sagrada y la cumplen con agrado. Sólo desean matar y matar al mayor número posible de yihadistas. Y cada una de esas muertes se celebra como si se hubiera marcado un gol. Es una competición a ver quien mata más y mejor.
Por contra los yihadistas, son los malos, los salvajes vestidos con sudaderas, pantalones de chandal Adidas y sandalias, dispuestos a matar a los pobres americanos equipados solamente con lo que se ve en la foto que ilustra esta entrada. 

En fin que si no eres sobrino del Tío Sam o acérrimo defensor de la causa imperialista, este libro te parecerá un poco panfletoso. Si te quedas con el meollo y te gusta un poco la historia militar, sin duda se pueden extraer algunas cosas pero el tono es demasiado militarista y pro-americano.




 

08 junio 2021

MUSTAINE - DAVE MUSTAINE Y JOE LAYDEN


Dave Mustaine es uno de los primeros miembros de Metallica. Después de una corta experiencia en el grupo fue defenestrado por Ulrich y Hetfield y sustituido por Kirk Hammet. Le dieron un billete de autobús para ir de Nueva York a California y ahí le abandonaron en la estación de autobuses con una mano delante y otra detrás. 
Cuando llegó a California decidió que él sería su propio jefe y junto al bajista David Ellefson fundó el grupo Megadeth con el ambicioso propósito de ser más grandes que Metallica. Está claro que no lo ha logrado aunque ha tenido una larga y prolífica carrera.
Mustaine fue un chico que nació en una familia rota. Cuando su padre alcohólico les abandonó, su madre, fiel de los Testigos de Jehová, peregrinó por múltiples lugares, huyendo de su marido. Todo esto influyó negativamente en el joven Dave, que muy pronto empezó a beber y a drogarse. Estuvo en distintos proyectos hasta que aterrizó en Metallica con el resultado ya conocido. 
Toda su vida ha estado marcada por el conocido mantra de: sexo, drogas y rocanrol, alternando con breves periodos de lucidez. Ha pasado más de una decena de veces por desintoxicación. Pero en una de ellas tuvo una revelación: vio a Cristo y a partir de entonces parece que sigue una vida bastante cristiana y de abstinencia, hasta al punto de negarse a tocar, o de vetar, a bandas con el sello de satánicas.
Por su banda han pasado multitud de músicos. En este libro llega a contar hasta 18. Cifra que a día de hoy sigue aumentando. 
Megadeth sin llegar a ser una banda puntera, ha sido una buena banda y tiene una buena legión de seguidores, que han permitido al autor vivir de ello. 

 
 

01 junio 2021

COMMANDO (AUTOBIOGRAFÍA) - JOHNNY RAMONE)


Johnny nació en una familia de clase media del este de los Estados Unidos. Su padre era de origen irlandés y su madre el este de Europa. Sus padres regentaban una cafetería y el encargado de cambiar los discos del Juke Box le regalaba los discos desechados. Aunque le iba bien en el cole fue a una academia militar que se estilan por allá a cursar sus años de preadolescente. Se le daba bien el beisbol y no destacaba en nada en especial. 
Ya de adolescente se volvió un rebelde y un cabronazo. Se metía en problemas y estaba todo el día de bronca. Un día se le encendió la bombilla y se hizo formal. Su padre le buscó un curro y sacaba lo bastante para tomarse unas cervezas e ir a conciertos de rock. Dee Dee era un buen amigo que trabajaba con él y le acompañaba a los conciertos. 
Ya maduritos decidieron montar una banda de rock. Pero había un problema: no sabían tocar. Así que con ventitantos años se pusieron al lío y formaron los Ramones. Tomaron el nombre del alías que utilizaba Paul Macartney cuando se registraba de incognito en un hotel.
Empezaron tocando en clubes del area de Nueva York, como el mítico CBGB ante grupos de amigos. Poco a poco se fue corriendo la voz y se fueron haciendo conocidos. 
Aunque parece que el famoso es Joey, el que manejaba el cotarro era Johnny. Aunque las decisiones importantes se tomaban por votación, Johnny era el que llevaba el peso del grupo. Según él claro, que para eso es el que escribe.
El 6 de agosto de 1996 dieron su último concierto, aunque siguieron sacando discos y recopilaciones. 
Poco después se le detectó un cáncer de próstata que le mató en 2004.

Los Ramones son quizás el primer grupo de Punk. Un movimiento caracterizado por acabar con las canciones de diez minutos, con grandes producciones y muchas horas de estudio detrás. Por contra los punks, buscaban canciones de dos o tres minutos, o menos. Rápidas, pim pam pum y fuera. Viendo además las vidas que vivieron otros iconos de aquel movimiento, se podría pensar que la vida del Autor sería cuando menos similar: sexo, drogas y rockanrol. 
Nada más lejos de la realidad. 

Johnny tuvo su época chunga pero cuando le llegó la fama ya estaba bien metido en la veintena. Su mayor afán era conseguir dinero para retirarse. Ahorrar un millón de dólares y retirarse para hacer películas de terror de serie B.
Cuando terminaba un concierto se tomaba dos o tres cervezas, nunca más, y se retiraba a su casa o al hotel a tomarse un vaso de leche con galletas y a ver el beisbol en la tele. 
Odiaba Europa. Sólo le gustaba Italia y España por el sol y la comida. Siempre estaba deseando volver a sus adorados U.S.A.  De ideas más bien conservadoras, su presidente favorito fue Ronal Reagan. Cuando ingresaron en el Salón de la Fama terminó su discurso con un: God bless president Bush, and God bless America. Así que un personaje un tanto alejado de la imagen que se podría tener de una estrella del rock.
Su pasión era tocar la música que le molaba, pero también era, sobre todo, un trabajo.
Así que esta es la autobiografía de un oficinista del punk rock. Tan apasionante como suena.
Aunque, bien pensado, quizás esta sea la regla y no la excepción.