Buscar este blog

28 octubre 2020

DUNE - LA CRUZADA DE LAS MÁQUINAS


En esta segunda parte de esta trilogía, los humanos, las máquinas y los Titanes, siguen su lucha. Venticinco años después de iniciada la Yihad, empieza a aflorar el descontento por las continuas bajas y los pocos avances de uno y otro lado. Los bandos en disputa buscan atajos que les hagan prevalecer en la lucha y personajes que no son lo que parecen.
Los personajes principales de la primera parte siguen apareciendo aquí y otros más que se van incorporando a la narración con el paso de los años. Serena Butler, Xavier Harkonen, Vorian Atreides, etc. Se siguen configurando las futuras Bene Gesserit, Bene Tleilax y los Mentat, también aparecen por primera vez los motores Holtzman, capaces de plegar el espacio, y el germen de La Cofradía Espacial. La especia melange ya es imprescindible y la gente es consciente de sus propiedades geriátricas y otros efectos espaciales. 

A continuación contaré algo del argumento. Si no quieres enterarte no sigas leyendo.

Han pasado venticinco años desde el final del primer libro. Iblis Ginjo, el esclavo de confianza que huyó de la Tierra con Vorian Atreides y Serena Butler, se ha convertido en el Gran Patriarca de la Yihad. Serena por su parte es la suprema sacerdotisa y madre del martir Manión, asesinado por el robot Erasmo, hecho que desencadenó la Yihad. Xavier Harkonen y Vorian Atreides siguen recorriendo el espacio luchando contra las máquinas. Erasmo también huye de la Tierra y se refugia en Corrin donde sigue con sus experimentos y "adopta" a un joven humano al que educará como si fuera una máquina. Los Titanes, después de luchar durante un milenio junto a Omnius, se rebelan y, desde entonces, la guerra se jugará a tres bandas. Los esclavos zensuníes y zenchiies de Poritrin se rebelan contra la oligarquía esclavista provocando la destrucción de la capital del planeta y la muerte del sabio Holtzman. Ismahil, un esclavo zensuní, huye con otros cien esclavos en el primer prototipo construido por Norma Cenva de una nave dotada con motores Holtzman con destino a Arrakis, donde se establecerán. La especia melange sigue fluyendo desde Arrakis pero aún no tiene la importancia determinante que tendrá en el futuro. Por mediación de los pensadores de la Torre de Marfil, los humanos y las máquinas pueden firmar la paz. Iblis Ginjo convence a Serena para que acuda a Corrin con la intención de inmolarse y acusar a las máquinas de su asesinato para que la Yihad vuelva a tomar impulso. Una vez apartada Serena de su camino, el Gran Patriarca, acude a Tleilax con Xavier Harkonen, con la intención de sumar el planeta a la Liga de Nobles. Allí Xavier descubre que las granjas de órganos de los Tleilax son en realidad humanos a los que se captura y se extraen sus órganos para trasplantes hasta la muerte. En el viaje de vuelta a Salusa Secundus, Xavier y Ginjo mueren al estrellar áquel la nave contra el sol de Tleilax. Vorian Atreides encuentra el amor en el paradisiaco Caladán. 

 

15 octubre 2020

DUNE, LA YIHAD BUTLERIANA - BRIAN HERBERT Y KEVIN ANDERSON

Para los seguidores de la saga de Dune la Yihad butleriana no es del todo desconocida, pero para los que sólo han visto o leído alguna de sus múltiples series o películas, puede resultar todo un misterio. Llama la atención del neófito que en una civilización capaz de plegar el espacio y realizar viajes interestelares, lo haga sin ayuda de ordenadores. O que se luche con espadas, cuchillos y rifles maula, desdeñando los más atractivos fasers de Star Trek. 
En este libro conoceremos de primera mano los hechos que desembocaron en la Yihad butleriana y el porqué de la prohibición de usar ordenadores. También sirve de presentación para las familias protagonistas de esta serie: los Atreides y los Harkonen. Y muchos otros personajes de los que se habla en los distintos libros, como Tio Holzman el inventor de casi toda la parafernalia tecnológica de la serie.
Mil años antes de los hechos narrados en este libro, un grupo de humanos, los Titanes, encabezados por Agamenón, desencantados con la molicie que se había apoderado de la raza humana, decide hacerse con el poder utilizando a las máquinas para ello. Con el fin de perpetuarse en el poder deciden abandonar sus cuerpos humanos e instalar sus cerebros en contenedores que acoplados a cuerpos robóticos intercambiables, les mantengan con vida indefinidamente. Pero un error de programación permite que Omnius, la supermente, adquiera conciencia de sí misma y se haga con el control después de una sangrienta lucha. Los Humanos huirán por toda la galaxia asentándose en distintos planetas coaligados en la Liga de Nobles, mientras mantienen la lucha contra las máquinas y sus Planetas Sincronizados. Los Titanes permanecerán fieles a Omnius mientras los humanos de los Planetas Sincronizados viven en estado de esclavitud. 
La toma de Giedi Prima por los Titanes y la posterior reconquista por parte de los planetas aliados, desencadenará los hechos que darán lugar a la Yihad butleriana.
Aun siendo participes del universo creado por Frank Herbert, su hijo y Anderson, no son capaces de captar el ambiente del autor original. Sin ser malo, el nivel es inferior a otros libro de estos mismos autores que puedes consultar, querido Desocupado Lector, pinchando en la etiqueta correspondiente a Dune.


 

01 octubre 2020

LOS SÍMBOLOS DE LA PREHISTORIA - RAQUEL LACALLE RODRÍGUEZ


La verdad es que no sé muy bien por dónde empezar al hablar sobre este ensayo. El título ya lo explica bastante claro, lo que no está claro para el profano, entre los que me encuentro, es cómo llega a saber cuáles eran los mitos y creencias que tenía el Hombre hace tantísimo tiempo. La autora cree que estudiando las pinturas y otras manifestaciones artísticas puede llegar a inferir a través de datos comparados de religiones modernas y estudios etnográficos e iconográficos, en qué creían nuestros remostos antepasados.
Las primeras manifestaciones artísticas, si pueden llamarse así, son de aproximadamente 50.000 años de antigüedad, y el estudio al que hacemos referencia llega hasta el Neolítico, en torno a unos 5.000 años a.C.  
La autora y otros autores consideran que las manifestaciones artísticas halladas a lo largo de los últimos dos siglos en cuevas y abrigos naturales, son no sólo manifestaciones artísticas, si no que además son la representación de las creencias de aquellas personas. Cuando representan a un bisonte, o un caballo, no sólo están representando al animal, si no que llega a la conclusión de que están representando el primer sistema de creencias. El primer paso sería representar la Naturaleza y va gradualmente va codificándose en formas de animales. Los bisontes, los caballos, y otros serían representaciones de la diosa Madre Naturaleza.  
Posteriormente a través de las observaciones cíclicas del Sol, la Luna y las estrellas, deducirán que sus vidas también son cíclicas: vida, muerte, renacimiento. Los animales pasarían a representar al Sol y la Luna.
Este arte estaría fuertemente unido a la presencia de especialistas de lo sagrado y la magia, los chamanes, que también están representados en parte de las pinturas encontradas. El arte es la justificación de su existencia. Ellos serían los artistas, los encargados de realizar las pinturas.
De ahí a establecer unos rituales hay un paso y otro paso muy corto a establecer unos privilegios para aquellos que conocen los secretos del arte, que detentarían un poder sobre los demás miembros de la comunidad.
Ya en el Mesolítico, los poderes se heredarían y los cultos funerarios tendrían como manifestación más espectacular los monumentos megalíticos donde se enterrarían a estos reyezuelos. Los poderosos, para justificarse, se inventarían genealogías que les hicieran descender de héroes míticos relacionados con las deidades, que les dotarían de derechos que otros no tienen.
A grandes rasgos estas serían el contenido de este ensayo.

Hay cuarenta y siete mil años de los que apenas sabemos nada. A veces no nos paramos a pensar que significan esa cantidad de años. Apenas tenemos documentada unos 2500 o 3000 años de Historia de la Humanidad. Siendo generosos 4000. Aún nos quedan 41000 años de los que no sabemos prácticamente nada. 
La percepción del tiempo de aquellas gentes no serían iguales a las que tenemos nosotros. Imaginad un grupo humano que viviera en una cueva de cualquier sitio. Sus vecinos más próximos pongamos que estuvieran a cien o doscientos kilómetros. A pie, en el mejor de los casos, eso supondría tres o cuatro días de caminata. Es posible que tuvieran contacto. Pero es más probable que hubiese muchos años sin contacto. Sin noticias, sin novedades. Lo que se inventa en la costa atlántica de Portugal, ¿cuánto tiempo tardaría en llegar a la cornisa cantábrica, o aún más lejos, a Irlanda o a Rumanía? ¿Tres mil o cuatro mil años? Da igual, no significa nada. En esos cuatro mil años los adelantos técnicos o humanos apenas suponen nada. Estamos acostumbrados a que nuestros móviles se queden obsoletos en dos o tres años, cambiamos de coche cada diez. La Historia del siglo XX podría llenar millones de páginas pero apenas supone una pequeñisima parte de la Historia de la Humanidad.
Leyendo este ensayo no pude evitar acordarme de la Misionaria Protectiva. Los veneradores del Profeta Frank Herbert sabrán a qué me refiero.