Dave Mustaine es uno de los primeros miembros de Metallica. Después de una corta experiencia en el grupo fue defenestrado por Ulrich y Hetfield y sustituido por Kirk Hammet. Le dieron un billete de autobús para ir de Nueva York a California y ahí le abandonaron en la estación de autobuses con una mano delante y otra detrás.
Cuando llegó a California decidió que él sería su propio jefe y junto al bajista David Ellefson fundó el grupo Megadeth con el ambicioso propósito de ser más grandes que Metallica. Está claro que no lo ha logrado aunque ha tenido una larga y prolífica carrera.
Mustaine fue un chico que nació en una familia rota. Cuando su padre alcohólico les abandonó, su madre, fiel de los Testigos de Jehová, peregrinó por múltiples lugares, huyendo de su marido. Todo esto influyó negativamente en el joven Dave, que muy pronto empezó a beber y a drogarse. Estuvo en distintos proyectos hasta que aterrizó en Metallica con el resultado ya conocido.
Toda su vida ha estado marcada por el conocido mantra de: sexo, drogas y rocanrol, alternando con breves periodos de lucidez. Ha pasado más de una decena de veces por desintoxicación. Pero en una de ellas tuvo una revelación: vio a Cristo y a partir de entonces parece que sigue una vida bastante cristiana y de abstinencia, hasta al punto de negarse a tocar, o de vetar, a bandas con el sello de satánicas.
Por su banda han pasado multitud de músicos. En este libro llega a contar hasta 18. Cifra que a día de hoy sigue aumentando.
Megadeth sin llegar a ser una banda puntera, ha sido una buena banda y tiene una buena legión de seguidores, que han permitido al autor vivir de ello.
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