Alonso de Contreras nació en 1582 en Madrid. De una familia humilde pero que pudo darle una educación: por lo menos sabía leer y escribir. Siendo un niño apuñaló a un compañero de clase con el estilete de afilar las plumas de escribir. Por su corta edad fue desterrado de la Villa y Corte y fue a dar a Ávila donde vivía un tío suyo. A su vuelta a Madrid su madre le puso a trabajar de aprendiz de un platero, pero le estampó el balde en la cabeza al ama cuando esté le ordenó que fuera a por agua a la fuente.
Así que siendo un delincuente en potencia su madre consintió en que entrara a servir en el ejército. Por ser menor de edad entró como ayudante de cocina. Su destino era Flandes pero nunca llegó. A mitad de camino abandona su puesto y se larga a Sicilia. Allí se enrola en las galeras que van a luchar y hacer el corso por el Mediterráneo contra los turcos.
Estuvo amancebado con una prostituta durante años a la que puso casa que pago con el reparto de los botines que conseguía.
Se casó con una viuda, pero la encontró encamada con un amigo suyo, y les mató con su propia espada.
En Tesalónica, secuestro a un judío que se encargaba de recaudar los impuestos del Gran Turco.
En Hornachos, Badajoz, encuentra unas armas escondidas en casa de unos moriscos. Sus jefes deciden ocultar el hecho. Y posteriormente se le acusó de que eran suyas y de querer levantar a los moriscos en armas contra el rey.
Harto de esta vida y de la injusticia que se le hacia, se larga al Moncayo a hacerse ermitaño.
Allí es arrestado y devuelto a la capital donde finalmente se aclara todo.
Estuvo en América luchado contra el corsario inglés Guatarral, castellanización de Walter Raleigh.
Fue caballero de la Orden de Malta.
Fue gobernador de L'aquilla, una ciudad italiana y sufrió una erupción del Vesubio.
Fue amigo de Lope de Vega que le acogió durante ocho meses y que llegó a dedicarle una obra.
Escribió un derrotero del Mediterráneo bastante exacto, con nombres y distancias de unos puertos a otros y con peligros y accidentes geográficos.
Su vida es un continuo ir y venir de acá para allá.
Esta obra la escribió en el plazo de once días tirando de memoria. En ella abundan las aventuras y los lances de capa y espada. Su lenguaje es directo y sin adornos. Pocos adjetivos. Pim pam pum y a otra cosa. Lamentablemente no le dio tiempo, no quiso o quizás se perdiese, el resto de la obra.
Es un personaje digno de una serie de televisión o de una peli de aventuras y acción.
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