Durante diez años Santi Santos fue el seleccionador de rugby de España. Tomo el equipo en 2013 después de que Brice Bevin y la directiva de la Federación Española de Rugby dilapidaran el buen camino emprendido por el anterior seleccionador Regis Sonnes.
Cuando SS asume el cargo, la FER está a punto de quebrar económicamente y en el aspecto deportivo las cosas no iban mucho mejor. En el Campeonato de Europa, REC, las cosas van tan mal que el fantasma del descenso acecha en el horizonte. Así pues SS se aplica a la tarea y consigue salvar los muebles.
Poco a poco las cosas van mejorando con la nueva directiva de Feijóo y se comienza a ganar con asiduidad a Rumanía y a Rusia a los que casi nunca se había ganado.
Durante la fase de clasificación del Mundial 2019 los Leones se la jugaban en Bruselas, pero Rugby Europa, presidida por un rumano, designó a un compatriota para dirigir ese partido. El árbitro no defraudó y persiguió a los españoles con continuos golpes que les impedían jugar. España pierde y los jugadores frustrados atacan al árbitro.
Ahí no acaba todo. Se descubre que dos jugadores españoles no cumplen las normas de elegibilidad y se descuentan a España cinco puntos por cada partido que jugaron. Y aunque en el proceso que siguió al partido de Bruselas se daba la razón a España y viendo el parcial arbitraje, se recomendaba la repetición del partido, habida cuenta de que la victoria de España sería intranscendente para la clasificación, se dio el resultado por bueno y ahí acabó todo.
El golpe fue tremendo pero se siguió trabajando.
Para la siguiente fase de clasificación en 2023 se logró la clasificación merecidamente en el campo pero dos hechos enturbiaron esa efemérides.
El primero fue la muerte de Kawa Leauma en un accidente al caer desde un edificio tras disputarse un partido en Holanda. Este hecho fue demoledor para todo el equipo pero se conjuraron, El Espíritu Kawa, para sobreponerse y conseguir clasificarse.
El segundo hecho fue el caso Van der Berg. Este era un jugador sudafricano que con ayuda de su club, Alcobendas, falsificó una fotocopia de su pasaporte, para conseguir la F que le daba derecho a jugar con España. El pastel se descubrió y España volvía a ser descalificada.
Todo esto llevó a que la directiva de la FER anunciase que dimitía, no sin antes intentar depurar responsabilidades. A día de hoy nadie ha asumido culpa alguna. SS siguió de seleccionador hasta que la nueva directiva tomó posesión y un poco más.
Dos casos más llaman la atención del aficionado. Usárraga desapareció de las convocatorias. Es un jugador que lleva casi toda su carrera jugando profesionalmente en Francia. No obstante SS reconoce que prefiere llamar a otros jugadores que para él son mejores. Yo no entiendo mucho pero estás llamando a jugadores que sobre el papel están dos o tres peldaños por debajo. Además el jugador tampoco ha demostrado mucho interés por jugar con los Leones.
El otro caso es Peters. Tuvo problemas de comportamiento y SS decidió prescindir de él. Nunca se dieron explicaciones cuando habría sido mejor decir que no iría convocado hasta que reconociera sus errores y corrigiera su comportamiento.
También echa pestes del Seven y de los argentinos que han llegado de la mano de World Rugby a la FER.
Deportivamente no puedo criticar a SS. Sencillamente no tengo la cualificación necesaria para ello, además los resultados están ahí y su etapa al frente de los Leones es muy buena. Otra cosa es lo que yo colijo de estás conversaciones. SS me parece un señor que no es capaz de tomar la iniciativa en los casos complicados, cuando hay que dar un paso adelante, su puesto de seleccionador así lo exige, él calla y se escuda en que son cosas de la competencia de otros, o en que si este no me llama yo tampoco le llamo. Con los amigos lo que quieras pero con los que me llevo mal, aunque tenga que trabajar con ellos, no quiero saber nada.
En fin, que aunque SS no tuviera la culpa de las descalificaciones y otros problemas, quizás si hubiera tenido que demostrar algo más de interés. Es como si todo eso no fuera con él. Me parece muy extraño esa delegación o esa manera de escurrir el bulto.
Un libro interesante que pone luz sobre aspectos ocultos que habitualmente no están al alcance del aficionado. Si te gusta el rugby es necesaria su lectura. Me hubiera gustado que el libro estuviera un poco más trabajado. El papel es regular y hay algunas erratas que desmerecen todo ese gran trabajo.
VALE
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