Robinson, el pequeño de varios hermanos, nació en una familia pequeño burguesa. Desde joven quiso vivir aventuras y embarcarse pero su padre se lo prohibió. Ya casi un hombre aprovechó un viaje a Hull con un amigo para desobedecer a su padre y embarcarse rumbo a Londres. La travesía acabó en naufragio. Llegó a Londres, no obstante, arrepentido de sus acciones con intención de volver a la casa paterna. Unos días más tarde se embarcaba de nuevo hacia América del Sur. A la altura de Marruecos, fue hecho prisionero por los piratas con los que estuvo un par de años hasta que se ganó la confianza de su amo y escapó en una patera. Costeando hacia el sur fue rescatado por un capitán de barco portugués que le llevó a Brasil y le ayudó a establecerse. Adquirió un ingenio y prosperó. Unos pocos años más tarde le propusieron ir a África a comprar esclavos para revenderlos en Brasil. De nuevo naufraga y consigue llegar a una isla desierta de la desembocadura del Orinoco.
A partir de aquí comienza lo que todos conocemos.
Consigue sacar del barco no pocas cosas que le harán la vida imposible. Cualquier survivalista de los que salen en las redes sociales construiría un reactor nuclear con lo que Robinson rescata del barco.
Luego llegan los caníbales y Viernes.
Después rescatan a un prisionero y al padre de Viernes a los que manda al continente para que traiga a un grupo de blancos que naufragaron en aquellas costas y así todos juntos prosperar y construir un barco que les salve a todos.
En esas estamos cuando llega un barco inglés en el que ha estallado un motín. Robinson salva al capitán y sofoca la rebelión. El capitán agradecido promete llevar a Robinson a Inglaterra.
El libro podría haberse acabado aquí perfectamente, pero el Autor se empeña en estirar la historia otras cien páginas de todo punto prescindibles, en las que cuenta cómo pone en orden sus finanzas y lo majo y dadivoso que es el personaje.
Robinson Crusoe me cae un poco gordo. Es el mejor. Todo el mundo le aprecia y le respeta. No es para menos. Es inglés.
El libro es moralizante. Está escrito en el siglo XVII y tira de la leyenda negra española y del enfrentamiento entre los anglicanos y los católicos para ponerse a él y a Inglaterra por encima del bien y del mal. También pondera las virtudes de leer la Biblia e interpretarla por sí mismo, recordemos que esto se oponía frontalmente a las ideas católicas, y sobre todo cree con firmeza en que Dios aprieta pero no ahoga y que todo lo que nos ocurre es por designio divino. Hay que portarse bien para que Él no nos castigue. Cuando se pone a hablar de estos asuntos, y lo hace con bastante frecuencia, el libro pierde interés. Quizás para sus lectores contemporáneos no lo fuese pero esto resta interés a la novela.
Y aunque en la Wikipedia y en internet digan que la isla de Robinson Crusoe está en Chile, no hagáis caso. En el libro se afirma que está a unas sesenta millas de la costa Atlántica más o menos en la desembocadura del Orinoco.
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