Este fue uno de los primeros libros que me leí de esta serie y he de decir que no me acordaba de casi nada. Me acordaba del inicio del libro en el que un feriante que adivina a que se dedican las personas, ve como a su barraca llega un asesino profesional, y lo que deduce no le gusta nada.
El argumento de esta historia gira en torno a unos niños y niñas que recibieron abusos sexuales en su infancia y a los deseos de venganza del padre de uno de ellos.
En esta serie de libros, los límites entre los buenos y los malos son muy difusos. La justicia y la ley no siempre están del mismo lado, y no todos los buenos son tan buenos como cabría esperar.
Y a continuación y para acordarme de qué va este libro me extenderé contando algo más del argumento, así que si tienes intención de leerte el libro y no quieres que te estropee la diversión no sigas leyendo.
Hace muchos años, se fundó en lo más profundo de los bosques de Maine una colonia utópica. En ella se produjeron abusos a niños, que finalizaron cuando se descubrieron los cadáveres de tres bebes. La colonia se disolvió pero se siguieron cometiendo abusos.
Merrick es un asesino profesional que tras pasar una temporada en la cárcel, investiga la desaparición de su hija, sucedida varios años antes. Para ello quiere hablar con la hija de un psicólogo, también desaparecido, que la trató hace años, por ser raptada y abusada sexualmente por unos enmascarados. La hija del psicólogo, asustada, contrata a Parker para que la proteja de Merrick, y a partir de ahí las investigaciones de uno y otro correrán parejas.
Finalmente, Merrick, Parker y el Coleccionista confluyen y todo acaba como suele ser habitual en esta serie: con un montón de muertos y Parker saliendo de rositas, aunque en esta ocasión se deja unos cuantos pelos en la gatera.
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