Después de El Invierno del Lobo, nuestro protagonista marcha a Boreas, un pequeño pueblo costero de Maine, a reponerse de sus heridas físicas y mentales. Pero nada más llegar aparece un cadáver en la playa y Parker no puede evitar interesarse por el tema.
La portada es demasiado explícita y por eso contaré más de lo que me gustaría: el asesinato tiene que ver con una pequeña organización nazi, pero el asunto se complica y se extienden las ramificaciones, en las que viejos conocidos vuelven a salir a la palestra: El Coleccionista, Cambion, Louis y Ángel.
En la línea de los demás libros de este personaje que ya he dicho que es uno de mis favoritos. En este las situaciones paranormales están a flor de piel y harían las delicias de algún mediático presentador parapsicológico.
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