Tercera entrega de la serie de John Puller.
El hermano del prota está encerrado de por vida en una prisión militar de máxima seguridad por un delito de espionaje. Una tormentosa noche todo lo que podía fallar falla y el preso escapa. Pese a ser su hermano el prota recibe la orden de encontrarle y devolverle a prisión. Para ello cuenta con la ayuda de una agente de inteligencia que le volverá un poco loco.
Y hasta aquí puedo leer. El resto de la novela es un corre corre de un lugar a otro, con un montón de sospechosos que no siempre salen bien parados.
Puller es un suboficial mayor, en el ejército español supongo que sería algo así como un brigada, del departamento del ejército que hace las labores detictivescas cuando se produce un delito. Es un soldado que hace pis según las ordenanzas y las sigue a rajatabla desde que se levanta a hasta que se acuesta. Es muy listo y observador, pero no hasta resultar pedante. También tiene un dos por ciento de humano. O por ahí.
La novela se deja leer, está bien documentada, quizás sobre algo de información, y entretiene, aunque no creo que deje mucho poso. He leído tres novelas de este personaje y de la primera tengo un vago recuerdo y de la segunda un poco más.
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