Tercera y última parte de esta trilogía.
Después de dejar la Castrima y dejar cómodamente instalados a sus habitantes, la protagonista decide ir en busca de su hija.
Ésta despúes de aprender a manejar sus poderes innatos parte hacia Nucleobase, la ciudad donde se generó todo este tinglado.
Allí se encontrarán y con la ayuda de los obeliscos conseguirán que la Luna vuelva a su órbita y que la Tierra deje de provocar estaciones.
Aunque he leído con rapidez las tres partes no ha sido una trilogía que haya conseguido atraparme. El estilo intimista de la Autora no me agrada.
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