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22 octubre 2024

EN EL REINO DEL HIELO - HAMPTON SIDES


Este es el viaje el USS Jeannette. 
A mediados del siglo XIX hubo una especie de fiebre por el Ártico. Hubo muchas expediciones que intentaron cruzar el paso del Noroeste, otras que consiguieron hacerlo por el Noreste, y muchas que intentaron llegar al polo Norte.

George Washington DeLong fue un marino militar estadounidense que se propuso llegar al polo Norte navegando. Ahora suena un poco disparatado pero en aquella época no se sabía a ciencia cierta que había más allá del círculo polar. Había quien pensaba que el polo Norte estaba rodeado de un círculo de hielo pero que más allá de ese círculo existían aguas abiertas y el clima era más benigno. Otros pensaban que justo en el polo había un enorme agujero por el que caían aguas y todo lo que se acercaba a él. Y otros que pensaban que estaba cubierto de hielo pero ignoraban si debajo había tierra o mar. El caso es que hubo muchas expediciones que se propusieron descubrirlo y casi todas ellas terminaron en fracaso. 

DeLong contó para su expedición con el apoyo y mecenazgo de James Gordon Bennett el editor del New York Herald, un periódico sensacionalista. Este editor fue el mismo que envió a Stanley a buscar al doctor Livingstone al África más profunda. Y la Armada también le brindó su apoyo y personal puesto que él era teniente de navío.

DeLong pensaba que la mejor forma de llegar al polo era a través del estrecho de Bering en vez de por el Atlántico. Para eso compró un barco y lo reformó en San Francisco. Cuando estuvo preparado zarpó rumbo al norte. Atravesó el estrecho de Bering y recaló en la costa siberiana antes de dirigirse al Norte. A eso de los 72º quedó atrapado en la banquisa. Le quedaban casi tres mil kilómetros hasta el polo. Atrapado en la banquisa su derrota le llevó hacia el oeste y durante el camino confirmaron la existencia de la isla de Wrangel, y dieron nombre a varias islas. Finalmente la presión ejercida por el hielo causó el hundimiento del barco y a la tripulación no les quedó más remedio que empezar a caminar dirección sur con la esperanza de alcanzar la costa siberiana y allí encontrar ayuda.

Disponían de tres embarcaciones y cargadas y montadas en trineos avanzaron con gran dificultad hasta que llegaron al límite de la banquisa. El invierno se acercaba y si no se lanzaban al mar podrían volver a quedar atrapados en el hielo y no se lo podían permitir por la escasez de provisiones. Una vez en el agua las tres embarcaciones se separaron.
DeLong, Chip, su segundo comandante, y Melville, ingeniero, comandaban cada embarcación. DeLong y Melville llegaron al delta del Lena pero de Chip y sus ocho hombres no se volvió a tener noticia. 

DeLong alcanzó el delta del Lena muy al norte y se encontró con un laberinto de canales y bajíos que no permitían avanzar. Finalmente hubo de abandonar la embarcación y seguir avanzando a píe. Llegaron a un extremo en el que estaban tan débiles que DeLong decidió enviar a dos hombres en busca de ayuda. 

Mientras tanto Melville tomó tierra mucho más al este. Allí tomó contacto con algunos cazadores y finalmente consiguió llegar a Yakutsk donde con ayuda de las autoridades pudo volver al delta a buscar a sus compañeros. Allí encontró a los dos hombres enviados por DeLong pero no pudo dar con el grueso de su grupo. Finalmente los encontró pero ya era demasiado tarde para ellos. Habían fallecido de inanición.

Todo esto se pudo saber porque la expedición cargó con los cuadernos de bitácora en todo momento y sólo los pusieron a buen recaudo cuando no pudieron cargarlos más agotados y famélicos. Melville los recuperó y llevó a Estados Unidos donde él y los demás miembros de la expedición fueron reconocidos como héroes.

VALE



 

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