Danny Trejo es uno de esos secundarios de lujo que aparecen en millones de películas, normalmente haciendo de malo, y que suelen durar hasta mitad de película más o menos. Un secundario prescindible.
Llego al cine casi por casualidad y con casi cuarenta años. Aunque no lo parezca, nació en 1945. Su vida ha sido cualquier cosa menos aburrida.
Nació en un suburbio de Los Ángeles. Su padre abandonó su madre y se casó con otra señora que se liaba con su cuñado. La mayoría de sus familiares varones eran delincuentes de poca monta. Su tío Gilbert era un héroe para él, que era un reconocido delincuente que entraba y salía de la cárcel constantemente. Pronto Danny empezó a drogarse y a cometer pequeños robos y hurtos para financiarse las drogas. No era mal estudiante pero las drogas y los estudios no son muy compatibles. Su juventud la pasó entre reformatorios y trabajos sociales para reintegrarse. Finalmente fue condenado a cinco años por tráfico de drogas y enviado a San Quintín. Allí tuvo una revelación y cuando salió decidió dedicarse a intentar salvar a la gente de su adicción. En ello estuvo trabajando desde finales de los sesenta.
Mientras tanto su vida personal y sentimental era un desastre. Varias mujeres e hijos se sucedieron.
Así pasaban los años hasta que un día, acompañando a un rodaje a un amigo, le ofrecieron aparecer de figurante. La experiencia le gustó y como su aspecto era lo que es, empezaron a lloverle las figuraciones. Poco a poco se fue haciendo un hueco y obteniendo papeles más importantes. Su trabajo como actor no le impidió seguir con su labor social y su desastre de vida familiar, con varias exmujeres e hijos drogadictos.
Con la edad Danny ha conseguido que sus hijos dejen las drogas, se lleva bien con sus exmujeres y ha tenido una buena carrera de actor.
Trejo es un señor que me cae bien. Ha sabido salir de la basura y al mismo tiempo arrastrar detrás de él a un montón de gente, que sin su ayuda, habrían acabado mal.
El libro es entretenido, por momentos emocionante.
Enhorabuena señor Trejo. Ha sido usted un buen hombre.
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