El Autor es también el cantante del grupo Red Hot Chilly Peppers.
Anthony tuvo una infancia un tanto desastrosa. Sus padres se separaron y estuvo a caballo entre Michigan y California. Su padre era un ratero de tres al cuarto que influyó mucho sobre su hijo. En el cole era el bicho raro y estaba todo el día de broncas. Con once años se hizo amigo de Flea, futuro bajista del grupo. Y a esa tierna edad comenzaron a drogarse.
Durante la adolescencia más drogas y música.
Junto con dos compañeros más del cole formaron los RHCP.
A lo largo de los años han pasado multitud de guitarristas y batería por el grupo. Quizás los más conocidos sean:
DH Peligro, baterista de los Dead Kennedys.
Dave Navarro, guitarrista de Jane's Adiction.
Ambos expulsados por abuso de sustancias dopantes.
La formación clásica es con Chad Smith a la bateria y John Frusciente a la guitarra.
Este es un libro contado por un drogadicto que ha alcanzado la sobriedad. Y como toda autobiografía contada por un drogadicto es un rollo patatero. La vida de un drogadicto se limita a levantarse, colocarse, volverse a colocar, conseguir dinero, comprar droga, volverse a colocar, dormir, vuelta a empezar y de vez en cuando alguna anécdota relacionada con camellos, otros drogadictos o cosas similares. Las autobiografías de Sabino Méndez o de Dave Mustaine son casi un calco de ésta. No aportan casi nada nuevo.
Estos personajes son conocidos por ser músicos. No digo que sus circunstancias y problemas con la droga no sean relevantes pero al centrarse en esto el libro pierde interés. Luego alcanzan la iluminación y dejan las drogas. Por lo menos no pretenden aleccionar a nadie. Cosa que se agradece.
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