Hay veces que te levantas por la noche y alguna luz que se filtra por tus ventanas hace que las sombras cobren vida. En tu casa estás a salvo, piensas. No hay nada raro. Todo lo que hay en tu casa está en su sitio. Tú lo has puesto allí. No hay nada de qué tener miedo. Sin embargo, no siempre es así. Puedes creer que no hay nada o nadie, pero sí lo hay. En ese espacio que no son ni sombras ni luces, viven desde siempre aquellos que unos llaman fantasmas, otros presencias y algunos más, espíritus.
Una pelota que rueda sin que nadie la empuje. Un objeto que sin que nadie lo haya tocado, ha cambiado de sitio o de posición. ¿Has cogido tú mi peine? No, yo no he sido. No hay nadie más y yo tampoco lo he cogido. Una ráfaga helada que no debería soplar porque todas las ventanas están cerradas. Una habitación más fría de lo normal. Son, sin duda, pruebas de esas presencias. En fin, será el gato. El gato, ¿el negro? ¿No dicen que los gatos negros son encarnaciones de entes diabólicos? Ya no volverás a mirar igual a tu gato. Cuando te mire desviarás la vista e intentarás no mirarle a los ojos. No crees en esas cosas, pero por lo que pueda pasar...
Al lío que me voy del asunto.
Charlie Parker, algo así como el Iker Jiménez de los detectives, recibe un nuevo encargo. Un colega que investiga desapariciones y asesinatos sin resolver, ha desaparecido y Parker es el encargado de encontrarlo, o más bien de averiguar qué le ha podido pasar. Mientras tanto la hija de Parker, Sam, empieza a darse cuenta de su naturaleza, mientras su madre intenta protegerla del peligro que supone ser la hija de su padre. Louis y Angel seguirán de cerca los pasos del investigador ayudándole desinteresadamente y protegiéndole. El Coleccionista y su padre, también tienen parte en esta historia, pero parece que su tiempo se está agotando.
Y mientras todo esto pasa, los adeptos de una secta secreta conocida como Los Hermanos, que viven normalmente entre nosotros, se dedican a sus actividades secretas, instigados por antiguos seres. Aunque sus adeptos no son muy eficaces que se diga.
Finalmente todos los hilos de esta telaraña convergerán sobre la persona de Parker, que apartando cadáveres, desentrañara los misterios de este libro.
Como todo en los libros de esta serie lo real y lo fantástico son uno sólo. Los buenos no son tan buenos, los malos no son tan malos y las diferencias se difuminan hasta que los contornos se pierden. Los personajes se sitúan en ese espacio que hay cuando miras de refilón y ves que algo se mueve. Pero cuando giras la cabeza, no hay nada. Al borde de los árboles, allí donde empieza el bosque y las sombras se confunden con las ramas, allí es donde se sitúan estas historias.
En esta bitácora, querido Desocupado Lector, puedes encontrar reseñas sobre muchos de los libros de esta serie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario