Un preso acaba de salir de la cárcel donde no lo pasó nada bien. Acaba de cumplir condena por tener pornografía infantil, pero él siempre ha insistido en que es inocente. Ese mismo preso, unos meses antes de su ingreso en prisión, protagonizó una heroicidad que le cambiaría la vida al hacerle medianamente famoso. En la calle, el preso sabe que su vida corre peligro y pide ayuda a Parker antes de desaparecer. Y nuestro detective favorito se pone a descubrir que le ha pasado a su cliente.
Al mismo tiempo un niño negro que vive en lo más profundo del profundo Estados Unidos, ve cosas que no debería ver. Malos. Perversos que llevan haciendo cosas horribles muchos años por una muy oscura razón.
Como en todas las novelas de esta serie los malos suelen ser muy malos y los buenos están en las mismas sombras, pero el sol les da en los pies. Y algunas veces por encima de las rodilla. Nunca más arriba y siempre en ese difícil equilibrio entre la virtud y la maldad. A veces para ser virtuoso, o más precisamente, para que prevalezca la virtud, o la justicia poética, hay que cometer actos malvados: robar, matar, mentir... Es a la sombra de ese árbol en donde se mueve el protagonista y su cuadrilla.
¿Hasta dónde, Desocupado Lector, estarías dispuesto a llegar para que triunfe la Justicia?
¿Serías capaz de delinquir?
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