Burgos, 1475. Un rico comerciante de lanas tiene un hijo y un hijastro. Cuando se van haciendo mayores les ofrece hacerse cargo del negocio familiar, pero como no sabe a quién dejárselo hace una especie de concurso. El hijo, Hugo, la caga nada más empezar y tiene que salir por piernas, mientras en hijastro se queda con todo.
El prota es Hugo que se recorre medio mundo viviendo un sinfín de aventuras, mientras el hermano ejerce de malvado.
El libro explica muy bien dos mundos muy diversos pero también muy típicos de la Europa bajomedieval: el comercio de la lana entre España y los Países Bajos y la construcción de vidrieras para las grandes catedrales góticas de aquel periodo.
Aparte de todo lo que se puede aprender leyendo el libro, el autor incluye también al final del libro un artículo en el nos informa de cómo se llevó a cabo su investigación.
En definitiva, un libro entretenido con un trasfondo inusual.
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