Después de la muerte de Nerón el Imperio romano sufrió un año en el que se sucedieron cuatro emperadores: Galba, Otón, Vitelio y Vespasiano. Durante ese año hubo varias guerras civiles entre los mismos romanos. Las legiones no estaban formadas ya únicamente por ciudadanos de origen romano, si no que se nutrían de los nativos de los distintos lugares en donde se encontraban sus bases. Esto, y las disputas personales, hicieron que las guerras fueran especialmente crueles.
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