Epílogo a la trilogía de la Luna Roja.
Al final del tercer libro dejamos a los protagonistas victoriosos frente a sus dos poderosos enemigos. 
En este nuevo libro los chicos toman el control de Rocavanocolia y deciden que ya está bien de reyes y cosechas que mueren atrapadas en la malvada ciudad. Intentan que todo sea más amigable para todos. La ciudad prospera pero sus habitantes empiezan a tener crisis de identidad: los vampiros necesitan sangre humana pero es difícil conseguirla, los trasgos carne... la ciudad exige un precio que no todos están dispuestos a pagar. 
Aún así la ciudad mejora con cada cosecha y empiezan a abrirse los portales que antes les comunicaban con otros mundos. Éstos no ven con buenos ojos que la ciudad resurja y la someten a un exhaustivo control. No obstante los astrios quieren acabar con ellos y urden un plan para acabar con la ciudad y la magia de sus habitantes.
Sedalar Tul, el piromante, se revela como el mayor activo de la ciudad y con un hábil requiebro consigue derrotar a sus enemigos y proclamarse nuevo rey de Rocavancolia. 
Por el camino han perecido casi todos. Sólo unos pocos de los protagonistas iniciales siguen con vida.
 
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