Un espía retirado hace muchos años, es requerido por su antiguo servicio para dar cuentas sobre una operación fallida. Esto da pie a revivir una vieja historia ya contada desde otro punto de vista.
Es una continuación de El Espía Que Surgió Del Frío que yo recomendaría leer primero.
El género novelesco de los espías es uno de mis favoritos, pero el de la antigua usanza. Con personajes ocultos en oscuros callejones, envueltos en gabardinas con el cuello alzado y sombrero de ala ancha, mientras una inclemente lluvia les empapa. Con complicadas planes que se traman en oscuros y secretos edificios. Microfilms y encuentros a escondidas para pasar documentación. El viejo sabor de Berlín Oriental.
Ahora las novelas de espías no tienen cabida. Todo es tecnología, satélites que vigilan, micrófonos direccionales y objetivos fotográficos ultrapontentes. No existe ese factor analógico que hace impredecible cualquier situación. Una pena que vaya desapareciendo aunque viejos maestros del género se nieguen a sucumbir aún a cuenta de revivir a sus viejos personajes.