Junio de 1601. Tres centenares de exploradores emprenden desde Nuevo México una ruta hacia el este en busca del mítico reino de Quivira. En aquel reino esperaban encontrar grandes riquezas: oro, plata, piedras preciosas.
No he considerado a este autor uno de mis preferidos pero sin yo quererlo conscientemente he ido acumulando libros suyos. Siempre he disfrutado con su lectura, si bien este me ha gustado menos.
Me gusta de este autor que recupera una parte de la historia de España que ha sido olvidada. He leido sobre Blas de Lezo, sobre el San Telmo, aquel barco que fue el primero en llegar a la Antártida y del que no quedan registros, de los dragones de cuera, y ahora toca el turno a Juan de Oñate, el último conquistador.
Y como todo esto está de actualidad os dejo un enlace a una entrevista que le hicieron al autor a cuento de la intención de retirar una estatua de Oñate en Nuevo México. En ella llama de todo a los iconoclastas que intentan derribar las estatuas por que a los tontos les resultan incómodas.
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