El autor y Roger Waters, bajista, se conocieron cuando ambos estudiaban arquitectura y éste le pidió a aquel el coche. Una antigüalla de los años 30 del siglo XX. De ahí nació una amistad que les llevó, junto a Richard Wrigth, teclados, y Syd Barrett, principal compositor y guitarrista, a formar Pink Floyd. En apenas cinco años pasaron del cuasi anonimato a ser una de las bandas más conocidas y veneradas del rock.
La fama y las drogas dejaron en la cuneta a Syd Barrett y su lugar lo ocupó David Gilmour.
A principios de los 80 sacaron The Wall y con los descartes Waters, bajo el nombre de Pink Floyd, sacó The Final Cut, lo que supuso el fin de la formación clásica, de la que Waters se autoexcluyó.
El grupo siguió hasta mediados de los 90. Y finalmente a principios del siglo XXI se volvieron a reunir con alguna ocasión especial arrinconando las viejas rencillas, de momento.
El autor es el baterísta de toda la vida del grupo y es curioso que en la edición española (ver la foto de la portada) debajo de su nombre hayan tenido que poner que forma parte del grupo. Y es que las personalidades de Barrett, Waters y Gilmour, han oscurecido la labor sorda de los demás.
Es un libro interesante en cuanto que cuenta el proceso de creación de los distintos discos, en los que utilizaron métodos y medios hasta ahora desconocidos, como efectos especiales o samplers, etcétera.
En cuanto al contenido, las anécdotas son sosas, o quizás, el humor del autor es demasiado "british". Además los hechos más polémicos como las salidas de Barrett y Waters no abundan en lo ya conocido.
Personalmente Mason siempre me ha parecido un poco indolente como baterista y eso se lo transmite al libro. Así que es una obra a la que le falta chicha.