Unos diez años después de lo narrado en Los Cienmil Reinos, el mundo ha cambiado mucho. El Cielo ahora está en la copa de un gigantesco árbol, en cuya base viven dioses y mortales en casi armonía. Hasta que una ciega, que se gana la vida vendiendo cuadros y baratijas a los turistas, descubre en un callejón el cuerpo sin vida de una diosa y a un personaje que tiene el poder de morir y resucitar tantas veces como sea necesario.
Menos interesante que el anterior o por lo menos a mí me lo ha parecido.
Y vuelvo a insistir con las frases promocionales. Lo de este libro es de traca. Es exactamente la misma frase que en el anterior. No se han molestado en cambiarla. No digo que el diseñador se tenga que leer todos los libros que tiene que maquetar, pero por lo menos alguien de la editorial, Minotauro en este caso, debería leérselos y evitar errores como estos.
La tercera parte creo que tendrá que esperar a cruzarse en mi camino.
