Cuenta en la primera los hechos cotidianos que les ocurren a dos amigos en el verano de un año de principios de los '70. En la segunda nos cuenta las vivencias de los mismos personajes unos años después y el misterioso influjo que una máquina de pinball ejerce sobre uno de ellos.
Siempre me ha llamado la atención el hecho de que si bien a los personajes no parece pasarles nada fuera de lo normal, en realidad es todo lo contrario. Son hechos extraordinarios y mágicos. Y esto es, para mí, lo que hace especial a Murakami.
Aunque cronológicamente estas dos novelas son las últimas en publicarse en España, fueron las dos primeras obras que escribió el autor. Más cocinada la segunda parte que la primera, me ha gustado más aquella.
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