Catalina de Erauso nació en 1585 y a los cuatro años la metieron en un convento del que escapó a los quince sin saber nada del mundo exterior. Se vistió de hombre y desde entonces toda su vida fue una aventura constante. Pendenciera, jugadora, mujeriega, espadachín experimentado y valiente pasó mil vicisitudes y finalmente logró que tanto el rey de España como el papa le permitieran vestir de hombre y usar el título de alférez. Es uno de los personajes más pintorescos con los que me haya encontrado.
El libro lo cuenta ella misma escueto y preciso. Si Peter Jackson cogiera este libro e hiciera una película quizás le volvería a "ajuntar".