Hadrian y Royce son dos ladrones que trabajan por encargo. Son muy hábiles y realizan los trabajos más difíciles con habilidad e ingenio. Un día aceptan un trabajo aparentemente sencillo: sólo deben recuperar una espada oculta en la capilla del castillo real.
Una vez allí descubren el cadáver del rey.
Son atrapados y llevados a las mazmorras.
Allí reciben la visita de la hermana del heredero que les facilita la huida y el secuestro de su hermano, con la condición de que vayan a ver a un hechicero encerrado en una prisión desde hace mil años.
El libro mantiene la tensión y según avanza no se sabe muy bien quien es bueno y quien es malo. Los protagonistas viven un montón de aventuras y se lee con gusto.
Hay alguna parte más pero no me ha gustado tanto como para saber mucho más de los protagonistas.
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