¿PORQUÉ LEO LO QUE LEO?

Cuando elijo un libro para leer, normalmente, lo primero que me llama la atención suele ser el título. A veces, el autor. Aunque suele ocurrir que dicho autor no me sea conocido. Así pues, veo las portadas y si el libro me atrae por su aspecto físico es posible que me decida a leerlo.
Antes leía las proclamas promocionales de las portadas o de los faldones. Normalmente, cuanto más ampulosa es la frase, más decepcionante es el libro.Dice la frase promocional: "Grandiosa saga familiar sobre la colonización de Nueva Zelanda y la cultura de los maoríes."

He aquí un caso claro. Todo lo que puedas imaginar acerca de los maoríes cabe en media página. Pero la propaganda hizo lo suyo y me leí el libro.
Otras veces lees el título y la imagen de la portada dan una imagen equivocada de lo que vas a encontrar dentro.

Podría parecer que se trata de un libro de aviadores. Pues no, va de la I Guerra Mundial y no sale en todo el libro ni un sólo avión.

En definitiva, que ya no hago caso de las portadas ni de la publicidad. En cambio sí suelo hacer casos a las sugerencias de otros lectores insulsos. Siempre se ha dicho que el boca-oreja es la mejor publicidad.