Cuenta
la historia de esos irredentos militares españoles que fueron llamados
Los Últimos de Filipinas. Leyendo el libro puedes aprender palabras
nuevas, casi una por página, como azacanear o cerviguillo que aunque
resulte dificil de creer hasta tiene un sinónimo: pestorejo. Aunque el
autor deja claro que es una novela de ficción, sirve para hacerse una
idea bastante clara de cómo fue el final de la soberanía española en las Filipinas a finales del s. XIX, y
sus vicios aún existenes.
Me ha gustado.
VALE
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