Una empresa de alta tecnología planea construir un servidor gigante en un recóndito sultanato de Extremo Oriente. Para ello deben cablear el mar desde las Filipinas. En una de esas encuentran un submarino de la II Guerra Mundial con un cargamento de oro. Desde entonces se desata una guerra tecnológica y legal por controlar la empresa.
Por otra parte hay un señor llamado Waterhouse que durante la dicha guerra ocupó un papel muy relevante en el desentrañamiento de los códigos secretos alemanes y japoneses. Este señor es el hilo conductor que relaciona a todos los personajes que salen en la obra.
Y no me apetece contar más. He leído algún otro libro más de este autor y la verdad que este no me ha gustado demasiado. Hay muchas historias que no llevan a ninguna parte o por lo menos a mí me lo parece. Me ha aburrido un poco. Se podía contar lo mismo con la mitad de páginas.